06 febrero 2016

Miércoles de Ceniza 10 febrero: Moniciones 3

MONICIÓN DE ENTRADA 
Sean bienvenidos hermanos a esta Santa Eucaristía de este MIÉRCOLES DE CENIZA, con el que comenzamos la cuaresma, en el Año Jubilar de la Misericordia.
La Cuaresma representa, en el Año litúrgico, el ciclo de preparación a celebrar el misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.  En el siglo XI, el papa Urbano II recomendó la imposición de la ceniza a todos los fieles como signo distintivo de la inauguración de la cuaresma, pues había decaído ya la penitencia pública. Hoy nos será impuesta a nosotros, y la Iglesia nos llamará al arrepentimiento y conversión, acercándonos a la confesión.
Con la confianza de que Dios es misericordioso y siempre nos espera, comencemos esta celebración cantando...


En el año de la Misericordia, el Profeta Joel nos hace una invitación a la conversión, volviéndonos a Dios con un corazón arrepentido, con ayuno y penitencia, confiando plenamente en que nuestro Dios es compasivo y misericordioso, y que nunca se cansa de perdonarnos, como ya nos lo ha recordado insistentemente el Papa Francisco.
Con el salmo 50 expresamos a Dios nuestro arrepentimiento, clamando su misericordia para que borre nuestros pecados.
San Pablo nos invita a la reconciliación con Dios, valorando la gracia de Dios por la que hemos sido redimidos por el sacrificio de Cristo. La Cuaresma es un tiempo propicio para esa reconciliación.
Jesús nos da una catequesis de cómo deben realizarse las tres prácticas religiosas fuertes del tiempo de cuaresma: el ayuno, la oración y la limosna, todas ellas a realizarse sin buscar la recompensa de este mundo, en secreto, atesorando en el cielo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario