04 febrero 2016

Domingo 7 febrero: Comentario Domingo V de Tiempo Ordinario

Oración
Oración de Santiago Alberione
Un pacto, Señor, te propongo; perdona mi enorme osadía.
Mis límites yo reconozco: soy débil y mísero en todo.
Tú eres, en cambio, el camino, tú eres verdad y eres vida, Señor. Mira, Jesús, toda mi pobreza: nada soy ni tengo, y bien lo sabes tú. Mira, Jesús, toda mi ignorancia:
nada sé ni puedo, y bien lo sabes tú.
Mi vida y mi ser comprometo:
Señor, sólo a ti buscaré: tu gloria, tu amor, tu querer,
la paz de todos los hombres.
Tú dame la ciencia y la fuerza,carismas de fe y de entrega total. Gracias, Jesús, muéstrame tu amor
como lo mostraste a Pablo, el apóstol.
Gracias, Jesús, muéstrame tu amor;
siempre con María iré hacia ti.

Lc 5,1-11
«1Estaba él a la orilla del lago Genesaret y la gente se agolpaba a su alrededor para oír la palabra de Dios, 2cuando vio dos barcas que estaban a la orilla del lago: los pescadores habían bajado de ellas y estaban lavando las redes. 3Subiendo a una de las barcas, que era de Simón, le rogó que se alejara un poco de tierra; y, sentándose, enseñaba desde la barca a la gente.
4Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: “Rema mar adentro y echad vuestras redes para pescar”. 5Simón le respondió: “Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos pescado nada; pero, por tu palabra, echaré las redes’.
6Y, haciéndolo así, pescaron gran cantidad de peces, de modo que las redes amenazaban romperse. 7Hicieron señas a los compañeros de la otra barca, para que vinieran en su ayuda. Vinieron, pues, y llenaron tanto las dos barcas, que casi se hundían.
8Al verlo, Simón Pedro cayó a las rodillas de Jesús, diciendo: “Aléjate de mí que soy un hombre pecador, Señor”. 9Pues el asombro se había apoderado de él y de los que estaban con él, a causa de los peces que habían sacado; 10y lo mismo de Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Jesús dijo a Simón: ‘¡No temas! Desde ahora serás pescador de hombres’.
11Llevaron a tierra las barcas y, dejándolo todo, le siguieron». ¡PALABRA DEL SEÑOR!

CONTEXTO
A la presentación programática de Jesús en Nazaret sigue, en el evangelio lucano, la realización de ese programa: Jesús enseña y cura en Cafarnaún (4,31-37), la curación de la suegra de Pedro (4,38-39), un sumario de curaciones (4,40-41) y la evangelización por Judea (4,42-44). Ahora llega Lucas en 5,1-11, un relato vocacional muy elaborado por Lucas a partir de la llamada a los cuatro primeros discípulos de Mc 1,16-20. Llega el momento del discipulado. A muestro evangelio seguirán otros relatos de curación (un leproso: 5,12-16; un paralítico: 5,17-26) y de llamada (a Leví: 5,27-28). La forma lucana de presentar los acontecimientos nos indica que la llamada al discipulado es una expresión más de las obras de salvación que Jesús, ungido y enviado, realiza.

TEXTO
Podemos estructurar el texto en 5 partes, con un elemento central que destaca el gran resultado que supone hacer las palabras de Jesús: a) introducción (vv. 1-3): la situación inicial tiene como referencia la actividad de Jesús entre la gente, una enseñanza catalogada como ‘Palabra de Dios’, a la vez que se presentan los demás elementos del relato (redes, barcas, Simón); b) conversación en Jesús y Simón (vv. 4-5): orden extraña de Jesús, sorprendente respuesta de Simón. Curiosa secuencia singular-plural-plural-singular en las palabras de Jesús y de Simón; c) el gran resultado que
se obtiene obedeciendo a Jesús (vv. 6-7): elementos hiperbólicos; d) conversación entre Simón y Jesús (vv. 8- 10): impacto del resultado obtenido y oferta de Jesús; e) consecuencias de lo sucedido (v. 11): el discipulado.

ELEMENTOS A DESTACAR
• Jesús es presentado con una gran autoridad: su enseñanza es Palabra de Dios, enseña sentado, es llamado Maestro (epistates) y Señor (kyrios), da órdenes que se obedecen, es seguido. Todos estos elementos nos hacen pensar en el papel que juega Jesús en nuestra vida de discípulos.
• ‘Por tu palabra’: se pesca mejor de noche y, si no se ha pescado nada, es inútil hacerlo de día, pero Simón pone fe y confianza en Jesús, con un sorprendente resultado. ‘Por tu palabra’ ¿qué cosas estamos dispuestos a hacer fiados de Jesús?
• ‘¡Apártate de mí, Señor, que soy un pecador!’: la manifestación del poder de Dios en Jesús conduce a Simón a reconocerse pecador. La verdadera experiencia de Dios conduce, no a ver los pecados de los demás, sino a reconocerse uno mismo pecador, no merecedor de la atención divina: modestia espiritual, ¡todo es Gracia!
• ‘No temas’: fórmula frecuente en Lucas; palabra típica de Jesús, por la que es reconocible. ¿Cuáles son nuestros miedos y temores? ¿Qué efecto tiene en ellos esta palabra de Jesús? Jesús parte de lo que Simón es (pescador) para lanzarle a una aventura mayor (pescador de hombres). Poner a disposición de Dios lo que somos, pero abrirnos a ser más, a crecer en la misión.
• ‘Dejándolo todo, le siguieron’: dos elementos básicos del discipulado, dejar y seguir. ¿Hasta qué punto nos caracteriza esto como discípulos? ¿Qué dejamos, o no, por Jesús? ¿En qué le seguimos con más decisión y en qué con no tanta?

Paso 1 Lectio: ¿Qué dice el texto? Atiende todos los detalles posibles. Imagina la escena. Destaca todos los elementos que llaman la atención o te son muy significativos. Disfruta de la lectura atenta. Toma nota de todo lo que adviertas.
Paso 2 Meditatio: ¿Qué me dice Dios a través del texto? Atiende a tu interior. A las mociones (movimientos) y emociones que sientes. ¿Algún aspecto te parece dirigido por Dios a tu persona, a tu situación, a alguna de tus dimensiones?
Paso 3 Oratio: ¿Qué le dices a Dios gracias a este texto? ¿Qué te mueve a decirle? ¿Peticiones, alabanza, acción de gracias, perdón, ayuda, entusiasmo, compromiso? Habla con Dios…
Paso 4 Actio: ¿A qué te compromete el texto? ¿Qué ha movido la oración en tu interior? ¿Qué enseñanza encuentras? ¿Cómo hacer efectiva esa enseñanza?

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