03 marzo 2015

Recursos Domingo III de Cuaresma

PASAR DEL MERCANTILISMO A… LA APUESTA POR LA PERSONA
Hay que “des-mercantilizar” la vida. Jesús, en el pasaje de este domingo, hace el gesto –inusitado- de des-mercantilizar el templo de Jerusalén, el lugar de la presencia de Dios, de la presencia del Padre, del Abbá, el lugar de la presencia de la gratuidad y la misericordia.
En Jesús, la presencia de Dios se transforma en otro “templo”, el único “templo” posible, el de la persona de Cristo resucitado, cabeza del Cuerpo en el que todos nos unimos. En la persona de Cristo, toda persona es templo de Dios, templo del Espíritu. Por eso, si el templo de piedra merece respeto, ¡cuánto más respeto merece el mismo Cristo! ¡Cuánto más respeto merece la persona humana y su dignidad!
Hay que des-mercantilizar la vida: las personas, el trabajo, el amor, la naturaleza, las relaciones humanas. La persona, pues, nunca puede ser una mercancía. Hemos de construir el templo del Reino de Dios.
Lema:
DEL MECANTILISMO A…
LA APUESTA POR LA PERSONA

Color de la banda del arco iris: AMARILLO
1. ALGÚN TEXTO de la Evangelii Gaudium (papa Francisco):
La dignidad humana
“La dignidad de cada persona humana y el bien común son cuestiones que deberían estructurar toda política económica, pero a veces parecen sólo apéndices agregados desde fuera para completar un discurso político sin perspectivas ni programas de verdadero desarrollo integral. ¡Cuántas palabras se han vuelto molestas para este sistema! Molesta que se hable de ética, molesta que se hable de solidaridad mundial, molesta que se hable de distribución de los bienes, molesta que se hable de preservar las fuentes de trabajo, molesta que se hable de la dignidad de los débiles, molesta que se hable de un Dios que exige un compromiso por la justicia (203)… La dignidad de la persona humana y el bien común están por encima de la tranquilidad de algunos que no quieren renunciar a sus privilegios. Cuando estos valores se ven afectados, es necesaria una voz profética (218)
“Entre esos débiles, que la Iglesia quiere cuidar con predilección, están también los niños por nacer, que son los más indefensos e inocentes de todos, a quienes hoy se les quiere negar su dignidad humana en orden a hacer con ellos lo que se quiera, quitándoles la vida y promoviendo legislaciones para que nadie pueda impedirlo… Supone la convicción de que un ser humano es siempre sagrado e inviolable, en cualquier situación y en cada etapa de su desarrollo. Es un fin en sí mismo y nunca un medio para resolver otras dificultades (213).

2. UN POEMA
LOS POBRES, SIGNO DE CONTRADICCIÓN
Los invitados a nuestros comercios,
los rechazamos de nuestras mesas.

Los encerramos con alambradas en nuestras fábricas,
los alejamos con perros de nuestras casas.

Los seducimos desde la sonrisa de la publicidad,
les cerramos el rostro cuando se acercan.

Los recibimos cuando son trabajo y moneda,
los esquivamos cuando son justicia y encuentro.

Arrasamos en minutos un barrio vivo,
estudiamos la colocación de una estatua muerta.

Los congregamos con promesas cuando dan un voto,
los dispersamos con balas cuando exigen un derecho.

Los contratamos cuando son fuerza joven,
los barremos cuando son bagazos exprimidos.

Los admiramos cuando levantan nuestras mansiones,
los separamos con las mismas paredes que construyeron.

Les damos limosnas cuando son niños y débiles,
les aplicamos cárcel y sospechas cuando son dignos y fuertes.

Exaltamos en libros y sermones su bienaventuranza,
su cercanía no mide el sentido de la vida nuestra.

Jesús,
te acogemos cuando eres bondad y perdón;
te excluimos cuando eres denuncia y justicia.

Como todo pobre de nuestros caminos,
eres un signo de contradicción.

(Benjamín González Buelta, sj, “La transparencia del barro”, Ed. Sal Terrae, Santander 1989, págs. 35-36).

3. UNA CANCIÓN
“Los incontables” (Ain Karem, álbum “A todos los pueblos”)
No cuentan las mujeres ni los niños,
no cuentan quienes vagan marginados,
no cuenta quien es pobre o está enfermo,
no cuenta quien está crucificado.

No cuentan quienes no tienen trabajo,
ni tampoco quien sufre una adicción
o quien habla otro idioma en tierra extraña,
no cuenta quien es de otro color.

MAS… PARA TI SON QUIENES CUENTAN,
SON QUIENES CANTAN LA GLORIA DE DIOS,
SON TU ROSTRO, SEÑOR CRUCIFICADO,
SON TU ROSTRO, SEÑOR RESUCITADO. ERES TÚ.

Ni los niños soldados tienen nombre,
ni las niñas que están esclavizadas
no existen quienes hoy mueren de hambre,
y se ignora a quienes sufren soledad.

No contaron las mujeres ni los niños
y hoy siguen sin contar los más pequeños.
Que haga mío el dolor de mis hermanos
y comparta, en justicia, el pan con ellos.

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