10 marzo 2015

Liturgia 10 de marzo


Introducción
    No nos gusta demasiado  -o absolutamente nada- reconocerlo, pero se nos ha perdonado mucho. Quizás no hemos cometido pecados patentes, escandalosos, preocupantes...  Probablemente no. Pero nuestros pecados son escandalosos en el sentido de que son totalmente impropios por parte del pueblo que declara ser signo de la Iglesia, de Jesucristo y de Dios…  Quizás sí anotamos: antipatías, egoísmo, no compartir, animosidades, rencores alimentados durante años, viviendo codo con codo pero sin amar ni compartir… Quizás sí…   Y muchos  -o al menos algunos-  mostramos lo opuesto a dar testimonio de lo que profesamos ser… ¿Dónde está nuestro perdonar a los otros como Dios nos ha perdonado, tal como rezamos en la oración del Señor, el Padre nuestro?

Oración Colecta
Señor Dios nuestro: 
Nos consideramos a nosotros mismos
como tu pueblo elegido,
el pueblo que afirma ser tu signo de reconciliación..
¡Oh Dios, qué pobres somos!
Con cuánta frecuencia te fallamos
al perdonar quizás sólo por un acto de condescendencia,
como si hiciéramos un gesto de gran favor
a los que buscan reconciliarse con nosotros.
Señor, enséñanos a perdonar
de la misma manera y con la misma amplitud
con que tú nos perdonas:
totalmente, sin condiciones, 
desde la bondad de nuestros corazones.
Danos esta grandeza de corazón 
por medio de Jesucristo nuestro Señor.

Intenciones

  • Para que sepamos ser pacientes los unos con los otros, como Dios ha sido paciente con nosotros, roguemos al Señor.
  • Para que sepamos perdonarnos los unos a los otros, como Dios nos ha perdonado, roguemos al Señor.
  • Para que sigamos amándonos los unos a los otros como Dios continúa amándonos aun cuando repetidamente hemos herido su amor, roguemos al Señor.


Oración sobre las Ofrendas
Padre misericordioso:
Acogemos a tu Hijo Jesucristo
en estos signos de pan y vino
como al Señor del perdón,
que entregó su vida por nosotros.
Que nosotros, a quienes llamas tus elegidos,
queridos y llamados a ser santos,
estemos dispuestos a perdonar de buena gana
a pesar de antipatías y de sentimientos heridos, 
para que seamos los unos para los otros
el signo de tu perdón,
como fieles seguidores de Cristo nuestro Señor.

Oración después de la Comunión
Señor:
Es hermoso pero difícil
ser el cuerpo místico de tu Hijo, 
signo de perdón y vida
que él trae al mundo.
Pero danos el valor,
a pesar de y más allá de
nuestros sentimientos demasiado humanos
-simpatías y antipatías-
para llevar a todos los que nos rodean
tu mensaje de amor, tolerancia,
alegría y paz, 
que tú nos dado aquí de nuevo
por medio del cuerpo y sangre 
de Jesucristo nuestro Señor.

Bendición
Hermanos: Somos hombres y mujeres  que hemos recibido perdón del Señor, y  -así lo esperamos-  también de los hermanos. Nosotros deberíamos aprender también a perdonar, de modo que nuestra oración en el Padre Nuestro sea verdadera.
Que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros y nos acompañe siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario