10 marzo 2015

IV Domingo de Cuaresma: Moniciones (3)



MONICIONES
     
Inicial.   

En nuestro camino hacia la Pascua, la liturgia de este 4º domingo de Cuaresma nos invita a la alegría, quizás porque en medio de la Cuaresma, vemos ya próximas en el horizonte las fiestas pascuales.  

Las lecturas nos van a decir que no apartemos nuestra mirada del Dios del amor, que lejos de Él sólo hay tristeza y desolación. Dios no ha venido a condenar, sino a salvar; y lo que nos pide es apertura y confianza, la fe. Y todo el amor de Dios se significa en ese Hijo clavado en la cruz, estandarte elevado para salvar a cuantos lo miren con fe.

Primera Lectura.

El cronista nos cuenta cómo el pueblo de Israel rompe su Alianza con Dios. Pese a todo, Dios sigue en medio de su pueblo suscitando caminos de conversión. Nosotros también tenemos dificultades para descubrirle en los signos de los tiempos.  

Segunda Lectura.

San Pablo hace un canto agradecido al Dios de la misericordia, del amor y de la gracia abundante. De nosotros no espera mérito, sólo fe. Nuestra respuesta no puede ser otra que vivir en la fe y en el amor.

Evangelio.  

Jesús nos anuncia su muerte en cruz. Pero para Él, la cruz no es algo ignominioso como era para los judíos, sino un faro de donde emanará la luz y la salvación. El hombre, usando de su libertad, con frecuencia lo rechaza y rechaza la salvación. 
Aclamamos al Evangelio puesto de pie.

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