10 marzo 2015

IV Domingo de Cuaresma: Moniciones (2)




MONICIÓN DE ENTRADA

Sed todos bienvenidos a la Eucaristía del Cuarto Domingo de Cuaresma. Se llama a este domingo de la alegría, por la primera palabra “Laetare” (alegraos) de la antífona de entrada… Ese breve texto de Isaías permanece desde hace siglos. Y vamos avanzando hacia la Semana Santa y hacia la Pascua, el final de nuestro recorrido cuaresmal. Y viviremos, en la cercanía del Señor, los misterios sublimes de la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesús. Ya todo queda muy cerca. Tras el próximo domingo, el Quinto de Cuaresma, una semana más y celebraremos el principio de la Semana Santa con el Domingo de Ramos. Aprovechemos el tiempo de Cuaresma que nos queda para completar nuestra conversión a Dios y nuestra mejor entrega a los hermanos, sobre todo a los más necesitados. Así llevaremos a la Vigilia Pascual el alma limpia y el espíritu propicio a la santidad. Y, no lo olvidemos, tenemos una cita para mañana, que nos volveremos a ver aquí en la iglesia. Este lunes es la Solemnidad de José, el esposo de María, gran fiesta en medio de la Cuaresma que nos disponemos a celebrar con gran alegría.



MONICIÓN SOBRE LAS LECTURAS

1.- Nuestra primera lectura procede el capitulo 36 del Libro de las Crónicas. Y lo más importante de este texto del Antiguo Testamento es que nos ayuda a darnos cuenta –aquí y ahora que siempre Dios elegirá a quien Él quiera para llevar a cabo cualquier misión. Traicionado por los dirigentes del pueblo judío, del pueblo elegido, el Señor va a ungir a un rey extranjero para que purifique al pueblo de Israel. Nadie tiene la exclusiva del favor de Dios. Tengámoslo en cuenta.

S.- El salmo 137 narra una escena de los desterrados judíos en Babilonia. Allí sus captores pretenden que les diviertan con cantos sagrados y ellos se rebelan. El salmo está en sintonía con la primera lectura y marca el deseo de volver a Jerusalén. Nosotros los cristianos siempre anhelamos la llegada de esa otra Jerusalén, la que un día, brillante y luminosa, bajará del cielo.

2.- San Pablo en la Carta de los Efesios habla de renacer a partir del sacrificio de Cristo. Nuestra segunda lectura de hoy plantea un tema capital para la vida de los cristianos y que no es otra cosa que ese “renacimiento” por la vida por el efecto de la gracia de Jesucristo. Todos hemos de renacer. El agua del bautismo tiene que llegar a nuestras mentes e iniciar la nueva vida que Jesús nos pide a todos.

3.- El Evangelio de San Juan nos acerca hoy especialmente a la escena del Gólgota. Jesús dice a Nicodemo que cuando el Hijo del Hombre sea elevado todos pondrán su vida en Él. Utiliza el símil de la serpiente de bronce que Moisés elevó para librar al pueblo judío del veneno. La Semana Santa se acerca y el Misterio de la Cruz se abre ya cerca de nosotros.




Lectura de Postcomunión

MONICIÓN

Escuchemos con mucha atención esta nueva oración del Padre Leoz que nos envía esta semana para estos momentos finales de la Eucaristía

DE NUEVO LO MANDAS, SEÑOR, A TU HIJO

Para buscarnos, porque andamos perdidos

Para amarnos, porque vagamos sedientos de amor

Para protegernos, estamos desnudos de lo eterno

Para fortalecernos, nos sentimos débiles y huérfanos



DE NUEVO LO MANDAS, SEÑOR

Lo hiciste en una noche santa y misteriosa de Navidad

y, ahora, lo haces en días santos de pasión y de muerte

en momentos de silencio y de soledad

en instantes de amargura, obediencia y entrega

soportando calzadas sembradas de indiferencia y cerrazón.



DE NUEVO LO MANDAS, SEÑOR

A tu Hijo, a Jesucristo Salvador,

para elevarnos hasta Ti

para atraernos y llevarnos hasta Ti

para que no olvidemos que, siendo hombres,

somos tuyos, hacia Ti vamos y en Ti descansaremos

Amén


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