10 marzo 2015

IV Domingo Cuaresma: Guión Litúrgico (1)



CUARTO DOMINGO DE CUARESMA (B)
Tanto amó Dios al Mundo…
Mirando a la Cruz

Saludo ( Ver Segunda Lectura)
Hemos sido salvados por la gracia,
no por nada de nuestra cosecha, 
sino por un don de Dios.
Somos obra de arte de Dios,
creados en Cristo Jesús.
Que la gracia y la luz de Jesús, el Señor, 
esté siempre con ustedes.

Introducción por el Celebrante (Dos Opciones)
Tanto Amó Dios al Mundo…
Si fuéramos realmente conscientes de cuánto nos ama Dios ¿cómo podríamos permanecer indiferentes o rehusar nada a Dios? Si creemos firmemente que él nos encuentra dignos de amor, ¿cómo pudiéramos no poner nuestra confianza en él? Él no nos fuerza: simplemente nos invita: "Éste es mi amor hacia ti; ¿te gustaría aceptarme a mí y mi amor? ¿Te gustaría compartir mi amor con otros amándoles a ellos también?" ¿Qué respuesta le damos a Dios, por medio de Jesucristo?
Mirando a la Cruz
En nuestras Iglesias y en la mayoría de nuestros hogares damos al crucifijo un lugar de honor. ¿Quiere ello decir que debemos amar las cruces? No, pero indica que creemos en nuestro Señor crucificado y que le amamos de corazón. Él nos salvó por su cruz y resurrección. Él es la señal de que Dios nos ama tanto que nos entregó a su único Hijo para traernos perdón, vida y amor. Es a Cristo Jesús a quien alzamos nuestra mirada buscando fuerza para llevar las cruces que vienen a nosotros en las dificultades de la vida. También le miramos buscando alegría y felicidad en nuestro peregrinar y buscando vida eterna más allá de la muerte. Con Jesús celebramos ahora, en la eucaristía, el memorial de su sacrificio en la cruz y de su resurrección.

Acto Penitencial
Pidamos perdón al Señor por las veces que hemos rechazado su amor o hemos permanecido indiferentes a él.
(Pausa)
Señor Jesús, tu Padre nos ama con tanto amor que te entregó a nosotros:
R/. Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo Jesús, tu Padre te envió al mundo no para condenarnos sino para salvarnos a nosotros y a todos los hombres:
R/. Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor Jesús, tú quieres que brindemos a otros el gran amor con que tú nos amas:
R/. Señor, ten piedad de nosotros.
Oh Dios misericordioso, confiamos en tu amor que perdona todos nuestros pecados. Renuévanos en tu amor y llévanos a la vida eterna.


Oración Colecta
Oremos a nuestro Padre
que con Cristo nos llevó a la vida.
(Pausa)
Oh Padre, lleno de gracia y de amor:
Tú todavía amas tanto al mundo 
que sigues entregándole a Jesús, tu Hijo.
Que su cruz sea para nosotros la señal 
de que estás con nosotros 
en días de miseria y aflicción.
Que podamos mirarle como modelo y aprender de él
a abrir nuestras manos y corazones, unos a otros
y a darnos a nosotros mismos con nuestros dones.
Y que esto ayude al mundo a percibir tu luz
y a aceptar al Hijo que nos has dado,
Jesucristo, nuestro Señor, 
por los siglos de los siglos.

Primera Lectura (2 Cr 36,14-16, 19-23): Dios Da a Su Pueblo Nuevas 
Oportunidades
Incluso cuando Dios castiga a su pueblo con el exilio, Dios no puede menos de ser fiel. Utiliza incluso a paganos para devolver a su pueblo a la Tierra Prometida.

Segunda Lectura (Ef 2,4-10): Todo es gracia..
Por su gracia, Dios ha salvado a su pueblo del exilio. De nuevo por la gracia de Dios, su Hijo Jesús nos salva de la muerte del pecado. En el plan de Dios todo es un don gratuito de gracia.

Evangelio (Jn 3,14-21): Salvador por la Cruz de Cristo
Cristo tenía que morir en la cruz para salvarnos y darnos vida eterna, ya que Cristo vino no a condenarnos sino a salvarnos.

Oración de los Fieles
Oremos con la mayor confianza a Dios, nuestro Padre misericordioso, que nos amó 
tanto que nos entregó a su Hijo Jesucristo, y digamos: R/. Señor, ten piedad de tu pueblo.
Por el Papa, los obispos, sacerdotes y personas consagradas, para que sepan predicar eficazmente el valor redentor de la cruz, roguemos al Señor.
Por la comunidad plena de la Iglesia, para que realmente llegue a ser para todos los hombres signo del amor, la esperanza y el perdón de Dios, roguemos al Señor.
Por los gobernantes de las naciones y por todos los líderes políticos y económicos, para que, por su preocupación por la justicia y la paz, sirvan para la
felicidad de todos, roguemos al Señor.
Por los muchos que están desarraigados hoy día: las víctimas de la guerra y la opresión, los refugiados, los presos, los emigrantes, los sin techo, para que encuentren esperanza basada en nuestra preocupación por la justicia, y que
sientan el calor de nuestro amor, plasmado en nuestro compromiso por mejorar su dolorosa situación, roguemos al Señor.
Por nosotros aquí reunidos, y por todas las comunidades cristianas, para que la bondad y el amor de Jesús esté vivo y se haga visible en nosotros, porque Dios ha sido bueno con tooodos, roguemos al Señor.
Señor Dios nuestro, día tras día experimentamos tu increíble amor. Escucha nuestras súplicas y haznos dignos de tu amor, por medio de Jesucristo Nuestro Señor.

Oración de Ofertorio
Oh Dios y Padre nuestro:
Hoy traemos a tu altar el pan duro
de nuestra cobardía e incapacidad
y el vino, agriado ya, de nuestros pecados.
Al unirnos a Jesús en su sacrificio, 
te pedimos que se conviertan en pan de gracia y de fuerza
y en vino de alegría y esperanza. 
Que tu Hijo se quede con nosotros 
para ensanchar y profundizar nuestro amor
y para que sepamos caminar juntos
por el camino de la amistad y de la vida.
Te lo pedimos por medio de Jesucristo nuestro Señor.

Introducción a la Plegaria Eucarística
Celebramos ahora el sacrificio de Jesús: él se alzó en la cruz por nosotros. Él es el don del Padre para nosotros. Demos gracias al Padre.

Introducción al Padrenuestro
Agradecidos por el amor que el Padre nos mostró en Jesús,
nos dirigimos a él con toda confianza,
recitando la oración del mismo Jesús, nuestro Señor:
R/. Padre nuestro…

Líbranos, Señor
Líbranos, Señor, de nuestros pecados,
de nuestra cobardía ante el temor al cambio
y ante la defensa de los débiles.
Danos la seguridad de que tú estás con nosotros
en nuestras luchas y tentaciones,
y de que tu gracia puede vencer al mal.
Que marchemos hacia adelante sin miedo
y que preparemos la venida gloriosa entre nosotros
del reino de bondad y misericordia 
de nuestro Señor y Salvador, Jesucristo.
R/. Tuyo es el reino…

Invitación a la Comunión
Éste es Jesucristo, el Hijo mismo de Dios,
que fue alzado en la cruz
para salvarnos y para darnos vida y luz.
Dichosos nosotros de recibirle ahora en comunión.
R/. Señor, no soy digno…

Oración después de la Comunión
Oh Dios, paciente y misericordioso:
Tú no nos condenaste,
sino que resucitaste a Jesús tu Hijo
sobre nosotros y en medio de nosotros 
para alzarnos de nuestra culpa y tristeza. 
Que con él, y en gratitud a ti,
seamos gracia y bondad, unos para con otros. 
Ayúdanos a levantar a los caídos y desolados, 
a vendar sus heridas, y a hacer posible que sean 
plenamente humanos y libres como hijos tuyos,
en Jesucristo nuestro Señor.

Bendición
Hermanos: Dios ha sido muy bueno con nosotros.
Todo lo que tocamos es gracia que procede de él.
Hemos experimentado de nuevo su gran amor
en esta celebración eucarística. 
Con Jesús entre nosotros,
¿acaso no podemos intentar
que este amor sea mutuo y tangible, 
especialmente para con los necesitados y afligidos?
Que la bondad de Dios brille en nosotros.
Y así, que la bendición de Dios todopoderoso, 
Padre, Hijo y Espíritu Santo 
descienda sobre nosotros 
y permanezca para siempre. 

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