08 marzo 2015

3er Domingo de Cuaresma

1. Palabra
Los 10 Mandamientos (primera lectura) son el don de Dios a su Pueblo y expresan el camino del creyente, si quiere sacar fruto de la salvación experimentada (liberación de Egipto, liberación del pecado y de la muerte). No son obligaciones que Dios impone para afirmarse a Sí mismo, sino sabiduría que Dios ofrece al hombre para que viva en la verdad, la justicia y la comunión qué termina.
El problema está en el corazón (Evangelio). ¿Por religioso un c
mos manipulando lo más sagrado? tema de mercado, y de la voluntad de Dios, u
s, de sistema tema op esor sis-
2. Vida
Medita detenidamente en los últimos versículos del Evangelio: «Jesús sabe lo que hay dentro de cada hombre». Déjate mirar y juzgar, porque El es la luz que ilumina las tinieblas de nuestro corazón y, cuando nos arranca nuestras máscaras, nos libera de nuestras falsas seguridades, aunque sean religiosas.
Ese es el primer mandamiento: Sólo Dios es el Señor, y el Unico digno de ser adorado. ¡Cuántos ídolos, cuánto culto falso! ¡Cómo hacemos de Dios el objeto de nuestros deseos, o lo contrario, el símbolo de nuestros oscuros fantasmas!
El segundo mandamiento es semejante al primero: tratar a la persona humana como fin, no como medio, es decir, como imagen viviente de Dios. Los grandes valores que nos humanizan: respeto agradecido a nuestros padres, cuidado de la vida, solidaridad, espíritu de verdad, etc.
Sin duda, tu vida está inspirada en algunos grandes valores. Intenta formularlos. ¿Recuerdas si alguna vez has tenido que revisarlos? Concretamente, ¿cómo has vivido el primado de Dios y el principio del amor al prójimo? ¿Nunca has tenido la tentación de acomodarlos a las circunstancias, a la presión social o a otros intereses? Cuando se es joven, se busca la realización pura la de los valores. Con los años, el realismo se impone, y es duría que integra, sin contradicción, el ideal de los valores y la dinámica concreta de lo posible realmente aquí y ahora.
Bien merece la pena reflexionar sobre estos temas, si al menos hemos descubierto la vida nueva que trae Jesús.
Javier Garrido

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