03 febrero 2015

Oración de los fieles (Domingo V de Tiempo Ordinario)

La imagen de Jesús, que es tu imagen, Padre es la imagen de la misericordia. Por eso acudimos confiados a ti para exponerte nuestros deseos y peticiones:
  • Por la Iglesia, para que, a través de sus ministros y responsables, sean un permanente testimonio para todos de una posible “revolución de la ternura”.
  • Por nuestro mundo, lleno de buenos y tiernos samaritanos que se acercan a curar a los heridos de la guerra, del terrorismo, de la intolerancia o el fanatismo intolerante. Que por todas partes broten semillas de bondad.
  • Por todos los que permanecen en sus casas o en las residencias, olvidados de los demás, o postrados en sus camas o en los hospitales. Que no pierdan la esperanza y acepten con gusto los servicios que otras personas les ofrecen.
  • Por todas las personas que, en tantas parroquias, se dedican a la pastoral de la salud y las visitas a enfermos y gente sola. Que sepan unir misión y oración, curación e interioridad. Que se sientan enviados por Jesús para anunciar, con su cariño y delicadeza, el Reino de Dios.
  • Por todos nosotros, para que abramos nuestro corazón más allá de nuestro círculo de la familia, de los amigos o de la parroquia, y nos sintamos enviados a anunciar el Reino en las “periferias” de la vida y de la sociedad.
Escucha, Padre, nuestra oración. Danos un corazón tierno y misericordioso como el de tu Hijo para hacer un poco mejor el mundo en el que vivimos.

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