«SI QUIERES, PUEDES LIMPIARME»
“Tú que pasaste por el mundo
acercándote al marginado
con el vino de la esperanza,
con el aceite del consuelo:
Tú eres, Señor, el Buen Samaritano”
(B. Velado- A. Alcalde)
acercándote al marginado
con el vino de la esperanza,
con el aceite del consuelo:
Tú eres, Señor, el Buen Samaritano”
(B. Velado- A. Alcalde)
Ambientación musical del templo: “Un buen samaritano” en el CD Descúbrenos tu rostro. (San Pablo). El mundo de la marginación es ancho y se va ampliando cada vez más. Las relaciones económicas injustas con los países del Sur han colocado al Norte al margen de la justicia. El leproso del evan- gelio es un excluido de aquella sociedad que le había echado fuera para no contaminarse. Jesús, al acercarse y cogerle de la mano, despierta en él, como en cualquier marginado, el deseo, la fe, la amistad y la alegría de volver a ser considerado y respetado como persona. Jesús le extiende su mano. Hoy también la extiende a todo hombre haciéndose cercano, acogedor y prójimo del que está excluido del mundo del bienestar y bien pensar.
Entrada: “Peregrinos de la paz” MD 52; “Si tú desatas los lazos que esclavizan” MD 63-2; CLN 124. Sal. Responsorial: “Tú eres mi refugio, me rodeas de cantos de liberación”
Santo: CLN I 8;
Fracción del pan: “Cordero de Dios” CLN N 3.
Comunión: “Éste es el pan de los hijos” MD 190. “Las bienaventuranzas” MD 54; CLN 735, con su estribillo fácil y pegadizo.
Final: Ensanchemos nuestro corazón imitando a Cristo que pasó por el mundo haciendo el bien y curando toda dolencia a los de cerca y a los de lejos. Cantamos: “Cristo te necesita para amar” MD 66; CLN 729.
Antonio Alcalde Fernández
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