16 febrero 2015

I Domingo de Cuaresma, 22 febrero. Guión Litúrgico 2.




22 DE FEBRERO DE 2015  
Liturgia de las Horas – Primera Semana del Salterio-Cuaresma.

R I T O S    I N I C I A L E S

CANTO DE ENTRADA.
Tengo los ojos puestos en el Señor porque Él saca mis pies de la red.  Mírame, oh Dios y ten piedad de mí, que estoy sólo y afligido.  Mírame, oh Dios y ten piedad de mí, que estoy sólo y afligido.

Me invocará y lo escucharé, lo defenderé, lo glorificaré lo saciaré de largos días.

SALUDO Y MONICIÓN.

ACTO PENITENCIAL.

ORACIÓN COLECTA.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA.
Lectura del libro del Génesis 9, 8-15.

Dios dijo a Noé y a sus hijos: “Yo hago un pacto con vosotros y con vuestros descendientes, con todos los animales que os acompañaron: aves, ganado y fieras; con todos los que salieron del arca y ahora viven en la tierra.  Hago un pacto con vosotros: el diluvio no volverá a destruir la vida, ni habrá otro diluvio que devaste la tierra.”
Y Dios añadió: “Ésta es la señal del pacto que hago con vosotros y con todo el que vive con vosotros, para todas las edades: pondré mi arco en el cielo, como señal de mi pacto con la tierra.  Cuando traiga nubes sobre la tierra, aparecerá en las nubes el arco, y recordaré mi pacto con vosotros y con todos los animales, y el diluvio no volverá a destruir los vivientes.” 
     PALABRA DE DIOS

SALMO RESPONSORIAL. Salmo 24.
Antífona: Tus sendas, Señor, son misericordia y lealtad.

Señor, enséñame tus caminos, instrúyeme en tus sendas: haz que camine con lealtad; enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador.

Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas.  Acuérdate de mí con misericordia, por tu bondad, Señor.

El Señor es bueno y es recto, y enseña el camino a los pecadores; hace caminar a los humildes con rectitud, enseña su camino a los humildes.   

SEGUNDA LECTURA. 
Lectura de la primera carta del apóstol San Pedro 3, 18-22


Queridos hermanos:
Cristo murió por los pecados una vez para siempre: el inocente por los culpables, para conducirnos a Dios.
Como era hombre, lo mataron; pero, como poseía el Espíritu, fue devuelto a la vida.
Con este Espíritu, fue a proclamar su mensaje a los espíritus encarcelados que en un tiempo habían sido rebeldes, cuando la paciencia de Dios aguardaba en tiempos de Noé, mientras se construía el arca, en la que unos pocos –ocho personas- se salvaron cruzando las aguas.
Aquello fue un símbolo del bautismo que actualmente os salva: que no consiste en limpiar una suciedad corporal, sino en impetrar de Dios una conciencia pura, por la resurrección de Cristo Jesús, Señor nuestro, que llegó al cielo, se le sometieron ángeles, autoridades y poderes, y está a la derecha de Dios.
PALABRA DE DIOS

ANTES DEL EVANGELIO.
Canto: Convertíos y creed en el Evangelio.
Antífona: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.     

EVANGELIO.
Lectura del santo Evangelio según San Marcos 1, 12-15

En aquel tiempo, el Espíritu empujó a Jesús al desierto.
Se quedó en el desierto cuarenta días, dejándose tentar por Satanás; vivía entre alimañas, y los ángeles le servían.
Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios.  Decía: “Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.”  
PALABRA  DEL SEÑOR

HOMILÍA.

CREDO.

ORACIÓN DE LOS FIELES.

LITURGIA EUCARÍSTICA

OFERTORIO.
Canto:
Yo no soy nada y del polvo nací, pero Tú me amas y moriste por mí. Ante la cruz sólo puedo exclamar: Tuyo soy, tuyo soy.

Toma, mi mano, te pido, toma, mis labios te amo, toma mi vida ¡oh Padre!, tuyo soy, tuyo soy.

Cuando de rodillas te miro, oh Jesús, veo tu grandeza y mi pequeñez. ¿Qué puedo darte yo?  Sólo mi ser. Tuyo soy, tuyo soy.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS.

PREFACIO Y SANTO.

PLEGARIA EUCARÍSTICA.

RITO DE LA COMUNIÓN

PADRE NUESTRO.

RITO DE LA PAZ.

CORDERO DE DIOS.

COMUNIÓN.
Canto:
Nos has llamado al desierto, Señor de la libertad, y está el corazón abierto a la luz de tu verdad.  Subimos con esperanza la escalada cuaresmal, el pueblo de Dios avanza hasta la cumbre pascual.

Tu pueblo, Señor, camina desde la aurora al ocaso: a tu Pascua se encamina y te sigue paso a paso.

Señor, te reconocemos y tu Palabra escuchamos, tus caminos seguiremos y tu ley de amor cantamos.

Se acerca, Señor, tu día, en el que todo florece: con su luz y su alegría ya el camino resplandece.  

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN.

Señor Jesús: me pongo en camino.  Quiero buscarte.  Dame un corazón sencillo, unos pies ligeros, unos ojos abiertos para que mi marcha sólo se dirija a ti.

Oriéntame cuando me pierda, acógeme cuando me canse, llévame con los otros cuando me sienta solo.  Dame valentía, fortaleza y audacia para no decaer en mi búsqueda, para permanecer siempre firme. 

Haz que mis pies pisen la tierra pobre que pisaron los tuyos, que mis hombros sólo carguen la libertad y el desprendimiento que llevaron los tuyos, que mis entrañas anhelen sólo tu palabra.

Y cuando al fin pueda encontrarme contigo cara a cara, Cristo luminoso, Eterna Pascua, concédeme descansar mi cabeza sobre tu hombro y pronunciar tu nombre, Señor, siempre hermano, hermano, siempre nuevo.

ORACIÓN.

RITO DE CONCLUSIÓN.

BENDICIÓN Y DESPEDIDA.
Canto:
Dios es fiel: guarda siempre su Alianza; libra al pueblo de toda esclavitud.  Su Palabra resuena en los profetas, reclamando el bien y la virtud.

Pueblo en marcha por el desierto ardiente: horizontes de paz y libertad.  Asamblea de Dios, eterna fiesta; tierra nueva perenne heredad. 

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