16 febrero 2015

I Domingo de Cuaresma, 22 febrero. Guión Litúrgico 1.




DOMINGO 22 DE FEBRERO DE 2015
DOMINGO Iº DE CUARESMA

PREPARACIÓN: 
Antes de la salida del celebrante

Queridos hermanos, nos encontramos en el inicio del camino de la Cuaresma, que hemos comenzado el Miércoles de Ceniza. Es el primer domingo de este camino de renovación profunda de nuestras vidas.
Cuaresma es un "tiempo fuerte", en el que Dios nos concede una gracia especial para fortalecernos en la lucha que debe llevarnos a una conversión profunda de nuestras vidas y una auténtica reconciliación con Él y con cada uno de nuestros hermanos, y así este camino cuaresmal ha de transformarse en un camino de victoria, ya que al final del mismo nos espera la resurrección.

AMBIENTACIÓN: 
Luego del saludo inicial y antes del acto penitencial

El Señor nos hace hoy una imperiosa llamada a la lucha, una lucha de fe impulsada por el Espíritu de Dios. Una lucha como la de Cristo, victoriosa y preanuncio de la gran batalla de la Cruz, camino e itinerario hacia la Pascua, hacia la Resurrección, que es la nueva creación por la que somos incorporados a Él, en su gran marcha hacia la vida a través de la muerte. Jesús nos llama a participar en su lucha, para participar también en su victoria.

1ª. LECTURA:  (Gn 9, 8-15)     (Ver texto)

En este relato que nos muestra que todo lo vivo es un signo del amor de Dios, vemos el agua, que puede destruir pero que puede también salvar, como figura del bautismo.

SALMO RESP.:      (24, 4-5b. 6. 7b-9)    (Ver texto)

                    R.   Tus senderos, Señor, son amor y fidelidad.

2ª. LECTURA:     (1 Pe 3, 18-22)     (Ver texto)

En esta carta de Pedro encontramos la íntima conexión entre el diluvio y el bautismo: a través del agua se da origen a la nueva humanidad, el creyente es salvado a través del agua del bautismo.

EVANGELIO:    (Mc 1, 12-15)    (Ver texto)

En el Evangelio vemos cómo el Espíritu empuja a Jesús al desierto, donde es colocado en la situación de guerra entre el bien y el mal que definirá toda su actuación mesiánica.

ORACIÓN DE LOS FIELES:

CELEBRANTE:

Queridos hermanos y hermanas, pidiendo que el Espíritu de Dios esté en nosotros para renovar verdaderamente nuestro camino, oremos a nuestro Padre pidiendo por toda la Iglesia y por todos los hombres.

GUÍA:  A cada una de las peticiones responderemos orando:


"SEÑOR, DANOS FUERZA EN LA TENTACIÓN"

v Padre, porque queremos recibir en nuestro corazón el mensaje de salvación de la Iglesia, renovando nuestro compromiso de lucha, de opción; nuestro compromiso de fidelidad cristiana contigo, encaminado a vivir en toda su riqueza y su esplendor el misterio central de nuestra salvación, te pedimos...

v Padre, porque queremos hacer de nuestra Iglesia diocesana una comunidad cristiana, fundada en un mutuo compromiso de amor y fidelidad entre Tú y nosotros, que viva intensamente el camino cuaresmal, acogiendo la Buena Noticia de tu Hijo, te pedimos...

v Padre, porque queremos que el mundo, tomando conciencia de la corrupción en que vive, y el plan sistemático para fabricar leyes que van en contra de la dignidad de la persona o de la misma vida, escuche el llamado de tu Hijo y se convierta verdaderamente en Reino de Dios, te pedimos...

v Padre, porque no queremos ser de los que olvidan el dolor de tantos hermanos que sufren y su dolor es también hoy el de tu Hijo en la cruz,  y seamos para ellos la imagen de tu providencia que no los abandona, te pedimos...

v Padre, porque queremos que toda nuestra comunidad, tomando conciencia sobre cómo vivimos nuestra vida, y  que el mundo que nos rodea necesita de personas, que vivan realmente aquello que dicen creer, seamos coherentes en nuestras vidas con la fe que profesamos, te pedimos...

CELEBRANTE:

Padre todopoderoso, concédenos que las celebraciones y penitencias de este tiempo cuaresmal, nos ayuden a una verdadera conversión de nuestras vidas, para poder así vivir en mayor plenitud el misterio Pascual de tu Hijo, que es Dios y contigo vive y reina por los siglos de los siglos.

PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

Presentemos ahora, sobre la mesa del altar, nuestra disposición a abrirnos al Reino de Dios que está en nosotros y nuestro compromiso de hacerlo crecer en nosotros cada día.

Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea

DIÁLOGO DEL PREFACIO:
Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

Elevemos nuestro canto de acción de gracias a Dios, que sale a nuestro encuentro en esta Eucaristía, para renovar su alianza con nosotros en la Sangre de su Hijo.

COMUNIÓN:

El Señor nos invita a todos a participar de su Cuerpo y Sangre, para alimentar nuestra fe, aumentar nuestra esperanza y reforzar nuestra caridad, enseñándonos a sentir hambre de este Pan de Vida.

COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.

Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado, pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:

Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.

DESPEDIDA:

Hemos iniciando un camino de lucha que conduce a la victoria; un camino que pasa por la Cruz pero que llega a la Resurrección; un camino que debe ser de auténtica renovación de nuestras vidas, de conversión y de crecimiento.

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