15 abril 2014

Recursos para Viernes Santo, 18 abril

“Otro amor” (Viernes Santo), que llega hasta sus últimas consecuencias, en la cruz, amando “hasta el extremo”. El “trigo” de Jesús es triturado y amasado en el amor hasta el extremo. En la cruz hay más amor que dolor. Es “otro” amor, porque nuestros amores suelen ser pequeños, limitados. Llegan hasta donde llegan... y no más allá. Y a veces, hasta se rompen cuando se chocan. El “otro” amor tiene algo de locura. Posiblemente tiene poco de razonable...
UN TEXTO
«El amor comienza cuando se prefiere al otro y no a sí mismo y cuando se reconoce su diferencia y su imprescriptible libertad. Aceptar que en el otro viven otras presencias además de la nuestra, no pretender creernos imprescindibles en sus necesidades y en sus preocupaciones, no significa resignarse a la infidelidad a costa nuestra, es querer, ante todo, como la mayor prueba de amor, que el otro sea fiel a sí mismo.

Incluso si eso nos hace sufrir, se trata de un sufrimiento fecundo porque nos lleva a desprendernos de nosotros mismos, a vivir intensamente una desposesión enriquecedora: en el seno del abrazo más amoroso, debemos considerar que estamos abrazando a un ser libre, lleno de posibilidades que incluso se nos escapan. Sentirse capaz de tomar del otro aquello que despierta nuestra envidia larvada, no es señal de verdadero amor, sino de amor propio. Esta comunicación va llena de riesgos, pero las crisis a que da lugar, cuando acaban siendo vencidas, son la condición de un verdadero desprendimiento. Nada hay más grande que este saber compartir la verdadera personalidad de cada uno. El otro nos interpela cuando nos contraría, e incluso si en el choque nos quebranta, está obligándonos a renunciar a nuestra posesiva cerrazón, llegando a convertimos en otro yo con su revelación. Un amor que no es la creación continuada de uno por el otro, hecha al precio de dramáticos desprendimientos, es todo lo contrario del verdadero amor». (Roger Garaudy, Palabra de hombre, Ed. Cuadernos para el diálogo, Madrid 1976, pp. 43-44)
UN POEMA
Ponedle a Cristo
una venda en los ojos
Bien te aviso: dos horas solamente
y todos ya te habremos traicionado:
Judas te besará, yo habré besado,
los pedros mentirán cobardemente,
a tu costado acercará su lente
un eterno tomás desconfiado,
y, si algún juan te sigue, ilusionado,
lo hará de lejos, muy prudentemente.
Mas Tú cierra los ojos.
Tú equivócate una vez más.
Nosotros seguiremos.
Pero Tú inventa una esperanza loca:
quizás mañana, cuando traicionemos,
sonriamos pensando que aún tenemos
este Amor que llevarnos a la boca.
José Luis Martín Descalzo,
“Testamento del pájaro solitario”,
Ed. Verbo Divino, Estella (Navarra) 201023, p. 80
UNA CANCIÓN ESCUCHADA: “Yo vengo a ofrecer mi corazón” (Mercedes Sosa):http://www.youtube.com/watch?v=q1laUmcQg38, o también:http://www.youtube.com/watch?v=e4HCtShGQgw

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