24 abril 2014

Misa de familia 2, 27 de abril

El “hilo conductor” de estos domingos lo constituye el anuncio de Jesús resucitado: cómo buscarle y descubrirle, dónde encontrarle para seguir su camino y vivir con Él.
Dos textos marcan nuestro itinerario:

«Si alguno me ama. Guardará mi Palabra, y mi Padre le amará; y vendremos a él y haremos morada en él» (Jn 14, 23).
«Ten en cuenta que estoy a la puerta y voy a llamar; y si alguno oye mi voz y me abre, entraré en su casa y cenaremos juntos los dos» (Ap 3,20).
Para ello, el primer paso será saberle “ver” (domingo 2º). Y le iremos encontrando como el pan de la Eucaristía (domingo 3º), como pastor y como puerta de nuestra vida (domingo 4º), para vivir como Él siguiendo sus pasos (domingo 5º). Él, entonces, nos dará su Espíritu para poder vivir su misma vida (domingo 6º).
VER CON EL CORAZÓN
Para preparar: Poner el cirio delante del altar.
Monición de entrada:
Ya se ha terminado la Semana Santa y las vacaciones. Ahora celebramos que Jesús ha resucitado y que vive entre nosotros. Esto es lo que vamos a celebrar en esta Eucaristía. Que Jesús está vivo, que nos quiere, que le queremos, que está en todas partes y alegra nuestro corazón. A veces estamos un poco ciegos y no le vemos, pero Él siempre está ahí, junto a nosotros. Comenzamos la Eucaristía poniéndonos de pie y cantando al Señor resucitado.
Saludo del sacerdote
Buenos días a todos. Es verdad lo que nos acaban de decir: estamos un poco ciegos y no vemos a Jesús con los ojos del corazón. Y acabamos de celebrar la Muerte y Resurrección de Jesús y sabemos que está vivo y presente en todas las cosas y en todos los hombres. Comenzamos la celebración en el nombre del Padre...
Peticiones de perdón
Le pedimos perdón por ser un poco ciegos y no esforzarnos por verle en todo y en todos.
  • Por todas las veces que no sabemos verte entre nosotros, te pedimos perdón, Señor. Señor, ten piedad.
  • Porque a veces no rezamos ni nos acordamos de ti, te pedimos perdón, Señor. Cristo, ten piedad.
  • Porque a veces nos portamos mal con los demás, te pedimos perdón, Señor. Señor, ten piedad.
Monición del Evangelio
¿Sabéis lo que pasó un día? Que Jesús resucitado se presentó en medio de sus amigos y que se quedaron con la boca abierta. ¿Y sabéis quién no estuvo presente y luego no se lo quería creer? Se llamaba Tomás. Pero Jesús le dio una sorpresa muy grande. Estamos atentos a la lectura del Evangelio.
Evangelio: Juan 20 19-31
Narrador: Lectura del Santo Evangelio según san Juan. Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
Jesús: Paz a vosotros.
Narrador: Y diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
Jesús: Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.
Narrador: Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo:
Jesús: Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados.
Narrador: Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían:
Apóstoles: Hemos visto al Señor.
Narrador: Pero él les contesto:
Tomás: Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en la herida del pecho, no lo creo.
Narrador: A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo:
Jesús: Paz a vosotros.
Narrador: Luego dijo a Tomás:
Jesús: Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi herida del pecho; y no seas incrédulo, sino creyente.
Narrador: Contestó Tomás:
Tomás: ¡Señor mío y Dios mío!
Narrador: Jesús le dijo:
Jesús: ¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto.
Narrador: Es Palabra del Señor.
Con los niños
• Preguntar cómo han vivido la Semana Santa y qué les has gustado más:(diálogo)
• ¿Ver para creer?:
- Sacar a un niño y preguntarle: ¿Ves mi mano? Ahora cierra los ojos: ¿Ves mi mano? ¿Está mi mano? ¡Se puede creer sin ver! ¿Ves mi beso? (signo de echarle un beso) Ahora cierra los ojos ¿Puedes sentir mi cariño? ¡Se puede sentir sin ver!
• Jesús también siente nuestro cariño y nosotros el suyo
- Como Él es la luz que ilumina nuestra vida y nuestro corazón, lo representamos con una vela muy grande que se llama cirio (mostrarlo).
- Vamos a darnos un beso: Se invita a algunos papás o abuelos besar a sus hijos o nietos.
- Este beso se ve. Pero Jesús también siente nuestro cariño, aunque no se vea nuestro beso. Invitar a dar un beso con el corazón lanzándolo al aire hacia el cirio Pascual.
• Importancia de “sentir” a Jesús entre nosotros
- Verlo y sentirlo en todo y en todos: (Que digan dónde se le puede ver a Jesús).
- Hoy vamos a verlo también a través del signo de esta vela que se llama “cirio pascual” y que nos recuerda que Jesús resucitó y viven entre nosotros. Por eso, vamos a formar varios círculos en torno al cirio, y le sentiremos vivo y presente en medio de nosotros. (Forman el o los círculos, padres, abuelos y niños, cogidos de la mano).
- Cerrad los ojos y, así agarrados, sentid con el corazón cómo Jesús está en medio y nos quiere. (Silencio).
- Y decimos: ¡Gracias Jesús por estar siempre en medio de nosotros! (Todos lo repiten una o dos veces).
Oración en silencio:
Dejar un espacio de silencio, tal vez con los ojos cerrados y una música suave,. Esta oración debe ser dirigida suavemente. Ayudar a hacernos conscientes de la presencia de Jesús en el grupo, en la comunidad. Decir a Jesús como Tomás: “¡Señor mío y Dos mío!”
A los padres
- Educar la vivencia de Jesús, el sentimiento de su presencia.
- Reflexionar sobre la manera en que se ha vivido el Triduo Pascual.
- La Pascua es un tiempo privilegiado para ver y educarnos en su presencia en todo y en todos.
Peticiones:
• Señor: sabemos que estás en todas partes, pero no te vemos con los ojos. Te pedimos que sepamos verte con el corazón. Roguemos al Señor.
• Señor: sabemos que vives en todos los hombres y especialmente en los pobres y necesitados. Te pedimos que sepamos ayudar a los pobres y necesitados.Roguemos al Señor. 
 Señor: No sabemos muy bien ver las cosas con el corazón. Ayúdanos a ver con el corazón. Roguemos al Señor.
 Señor: Aunque no los vemos, sabemos que hay muchos hombres y niños que sufren por causa de la guerra, el hambre, la enfermedad y la soledad. Te pedimos por todos ellos. Roguemos al Señor.
 Señor: te pedimos para que todos los cristianos sepamos vivir muy unidos a Ti y a los demás. Roguemos al Señor.
 Señor: el mes de mayo es mes de Primeras Comuniones. Muchos niños te van a recibir por primera vez. Ayúdales a ellos y a sus familias a ser muy amigos tuyos.
Ofertorio: unas gafas:
Te presentamos estas gafas, Señor, porque queremos ver con unos cristales nuevos, los cristales con los que podamos verte y sentirte siempre entre nosotros.
DAME FE, JESÚS
Cada día quiero creer más en ti, querido Jesús.
Te quiero confiar mi vida y seguir tu camino.
Dame fuerzas para alimentar mi fe,
para hacerla crecer,
para que se mantenga fuerte cuando tenga dudas
o cuando quiera olvidarme de lo que tú me enseñaste
porque me cuesta vivirlo.
Quiero tener una fe grande Señor,
que me ayude a llevar mucho amor
a todos los que me rodean,
y que me muestre el camino
de la alegría y la esperanza.
¡Que así sea, señor!
Marcelo A. Murúa (Buenasnuevas) 

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