01 abril 2014

Guión Litúrgico (4), V Domingo de Cuaresma, 6 abril

5º domingo de Cuaresma

Introducción a la celebración

     Yo soy la resurrección y la vida verdadera, declara Jesús, y en estos días nos llama a renovar nuestro compromiso bautismal de vencer pecados y muertes por él, con él y en él, porque Dios es un Dios de vivos y no de muertos. Ya próximos a la Pascua de resurrección, pasando por su pasión, muerte y sepultura, Jesús nos invita en esta misa a asumir con esperanza las cruces diarias, ilusionados por la vida nueva que nos promete si lo seguimos fielmente. Comencemos cantando…


Saludo inicial


    Queridos hermanos: seguir al Señor es como subir trabajosamente a una montaña. Y la nuestra es el Tabor, con la cruz a cuestas pero de la mano de Jesús, que nos convida a alcanzar una vida en plenitud de eternidad, la suya, junto al Padre:¡Que él esté ahora y siempre con cada uno de ustedes!

Acto penitencial

Jesús dejó que Lázaro probara la muerte y la sepultura que vienen desde que Adán y Eva le dieron las espaldas a su Creador y Padre. San Pablo nos asegura que donde reinó el pecado sobreabundó la gracia de Dios. Confiados en él, pidámosle perdón por los nuestros:
- Sabemos que con Cristo todo lo bueno es posible, como asegura Pablo, pero a veces hacemos la nuestra y nos soltamos de sus manos. Señor, ten piedad.
- Sabemos también que Dios quiere para nosotros lo más grande: ser imagen y semejanza de su Hijo, pero nosotros miramos para otro lado. Cristo, ten piedad.
- Sabemos lo de la resurrección y creemos en la vida eterna, pero más de una vez nos dejamos tentar y no seguimos su Palabra. Señor, ten piedad.

Dios Todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos dé la vida eterna. Amén.

Liturgia de la palabra

Primera lectura (Ez 37, 12-14): Por boca del profeta, Dios promete a su pueblo una vida nueva, que alcanzará la plena realización cuando Cristo sea elevado en cruz y atraiga a todos los pueblos a su alrededor.

Salmo (Sal 129, 1-5. 6c-8): Respondiendo al pasaje de Ezequiel, el Salmo expresa nuestra confianza en Dios que jamás querría la muerte del pecador sino que se convierta y viva para siempre. Digamos: En el Señor se encuentra la misericordia.



Segunda lectura (Rom 8, 8-11): Pablo asegura a los primeros cristianos de Roma, venidos del paganismo y aún con normales ignorancias y dudas, que Dios resucitará con Jesús a cuantos vivan como él.

Evangelio (Jn 11, 1-45): Jesús permitió que Lázaro pasara por la enfermedad, la muerte y la sepultura. Cuatro días después, lo hace volver a casa, una segunda oportunidad para una vida nueva.

Oración de los fieles


San Pablo escribe a los cristianos de Colosas: si ustedes han resucitado con Cristo, busquen las cosas del Cielo. Resucitar es un hecho comenzado en el Bautismo, pero también es un proceso que requiere un progresivo y perseverante esfuerzo hasta el final. Pidamos al Señor que la correntada en contra no nos vuelva atrás.

Digamos: Señor de la vida, danos nueva vida.
Porque a veces estamos demasiado comprometidos en las cosas pasajeras de este mundo, hasta prescindir de Dios. Oremos…
Porque sólo Dios basta, que nuestro testimonio convenza a otros a usar de los bienes temporales sólo como peldaños para subir. Oremos
Porque muchos carecen aún de lo más necesario, que en estos días nuestra austeridad supla generosamente sus carencias. Oremos
Para que quienes no creen en la vida eterna, al vernos tan ilusionados, duden de sus criterios y se atrevan a creer. Oremos
Por el eterno descanso de nuestros difuntos y para que ellos rueguen que un día alabemos todos juntos a Dios eternamente. Oremos

Oremos: Señor Jesús, tú nos prometes que si creemos en ti y te seguimos fielmente, nos darás resurrección y vida eterna. Ayúdanos a vivir ilusionados por cuanto nos espera de tu mano y en torno al Padre. Amén.

Presentación de las ofrendas

La molienda de los granos de trigo y los racimos de uva convertidos en harina de pan y mosto de vino son como una muerte. Ahora, al consagrarlos al Señor, él los resucitará a una vida sacramental: los convertirá en  su Cuerpo y Sangre, nuestro alimento espiritual para una vida nueva. Junto al pan y el vino, renovemos nuestra firme voluntad de morir a todo pecado para ser los hombres nuevos que el Señor llama. Cantamos…

Comunión

El trigo y las uvas del ofertorio hechos pan y vino han resucitado en el Sacramento del Cuerpo y la Sangre de Jesús para realimento de nuestro diario vivir en Cristo: todo un misterio de amor divino, maravilloso, nacido a la luz de la inteligencia y al calor del corazón de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo. Acerquémonos pues a comulgar hambrientos y sedientos del Don de Dios y decididos a vivir como quienes han pasado de la muerte a la vida, venciendo soberbias y egoísmos de muerte, renaciendo al amor obediente a Dios y a la reconciliación y caridad fraternas.
Cantamos…


Despedida y bendición final


La Misa del altar concluye y la del diario vivir continúa en el esfuerzo perseverante de ser cada día más hombres y mujeres nuevos, a imagen y semejanza de Jesús resucitado. Él promete que se enorgullecerá ante el Padre de quien dé la cara por él y su Evangelio ante los hombres.


Que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre todos y permanezca para siempre. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario